Cuándo un hombre llega a cierta época de cambio en su vida, no se le debe escuchar, más se le tiene que rodear y estar atento a cada uno de sus movimientos, atender cada sonido, cuando un hombre grita al cielo, hay que acudir a su llamado.
Estos tipos de cambio son accionados por ideas chocantes y crudas, que son la pólvora de la dicha manifestación.
Ideas duras, y crudas, por lo difícil de masticarlas, de tragarlas, y digerirlas, (cómo la masa cruda que le robaba a mi abuela antes de que preparase sus afamadas tortas fritas).
Nota: Esas masas siempre daban dolor de estómago.
Al igual que la masa cruda, estas ideas pueden caer mal a los estómagos flojos, emberrinchados, y delicados.