Soneto de la riñonera.
Pocos hombres, en éste mundo
celebren ellos iracundos
el tener una riñonera.
Bienaventurado el hombre
que tenga entre la cintura
a ésta fuerte anti Evas.
¡Oh riñonera hecha oro!
¡Oh nido de nuestros fracasos!
¡Bendícenos a aquellos que
por la comodidad te llevan!
¿Por qué? ¿por qué nos castigan?
Amargados Dioses solteros
¿Por qué nos encierran en esos
escudos que yacemos solos?
celebren ellos iracundos
el tener una riñonera.
Bienaventurado el hombre
que tenga entre la cintura
a ésta fuerte anti Evas.
¡Oh riñonera hecha oro!
¡Oh nido de nuestros fracasos!
¡Bendícenos a aquellos que
por la comodidad te llevan!
¿Por qué? ¿por qué nos castigan?
Amargados Dioses solteros
¿Por qué nos encierran en esos
escudos que yacemos solos?
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