domingo, 15 de marzo de 2015

Sandwich de Felipe - La vuelta. 2015

De casualidad me llamaron de la tienda donde trabajaba el año pasado, no pensé en plata, pensé en lo que comería en el descanso. Un buen sandwich de Felipe, como debe ser, como yo me lo impongo. Un macho se impone, y estos bocados son vísperas de la masculinidad que transfiere en mí el verano.

Primer post de Felipe

Primer día de trabajo, todos me saludan, me reconocen del año pasado. He vuelto. No para quedarme, pero que estoy, estoy.

Cuatro horas gordas y bien sustanciosas entre frutas y verduras, que tardaron en pasar. Y me mandan al descanso, antes de ir al descanso paso por panadería para pedir mi preciado alimento...y gigantón... no estaba... ¿Dónde está? exijo que lo devuelvan.



En cambio había un tipo extremadamente bajito y delgado de tez oscura, y un modo de hablar que parecía un balbuceo. -¿Qué va a pedir compañero?.
-Dos Felipes, uno de pan blanco, y otro de pan integral.
-Muy bien.

Y me fui a marcar el descanso.

Corriendo y atropellando gente, subo las escaleras y paso la tarjeta para marcar descanso. Me hice humo, simplemente, del apuro, ustedes no podrían creer si estuvieran ahí, no podrían creer lo rápido que bajaba las escaleras.
-¿Compañero?- dice otro panadero.
-Los dos Felipes que pedí hace un rato.

Efectivamente estaban sobre el horno las dos bolsitas que me alcanzó el panadero, nada de lo siguiente importa, subí al salón de descanso, me serví agua, conseguí mesa, y tiré las bolsas de Felipe. Paseé la mirada sobre ellas, y las decanté.

Lo que pasó es que se invierten mis gustos, antes el Felipe de pan blanco era mi favorito, era rústico y masculino. Ahora, no. Ahora se convirtió en algo duro y rasposo. En cambio los Felipes de pan negro mejoraron considerablemente. No puedo parar de comprar Felipes de pan negro, con esas hermosas semillas de girasol esparcidas sobre el lomo del fabuloso artilugio... Nada, nada se compara a este milenario alimento.

Como conclusión, tenemos otro estilo, otro maestro panadero. Gigantón se fue, lo extraño, pero así estoy bien ahora, él marcó una época. Y su aprendiz sigue el mismo camino, pero por sobre los hombros de su antiguo maestro, se aprende del pasado.

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